"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


sábado, 23 de abril de 2011

Proyecto alpEWAS


El alpinismo es una de las experiencias más intensas del mundo, pero también de las más peligrosas debido al aumento de la cantidad de desprendimientos provocados por el cambio climático. Debido al elevado coste y a la cantidad considerable de personal necesario para controlar las zonas de riesgo, la cobertura prestada es insuficiente. Un equipo de científicos de Alemania se dispone a cambiar la situación gracias al desarrollo de un sistema barato para controlar laderas, evaluar cambios y generar alertas rápidas en poblaciones situadas en zonas de riesgo de corrimiento de tierras. El sistema es fruto del proyecto alpEWAS («Sistema de alerta rápida para laderas alpinas») y cuenta con distintas tecnologías que permitirán a los geólogos conocer mejor estos fenómenos naturales mediante mediciones continuas.

 Las masas inestables de tierra de los Alpes y de otras regiones alpinas han sido objeto de estudio desde hace años. La comunidad geológica presta una atención especial a las precipitaciones en forma de nieve o lluvia intensa generadas por causa del cambio climático, fenómenos éstos que ablandan el sustrato y aumentan el peso que soporta.
La dificultad desde una perspectiva científica no estriba en distinguir las laderas seguras de las peligrosas. Muchas zonas inestables lo son desde hace cientos de años. Además, expertos en la materia indican que los restos de deslizamientos pasados delatan la ubicación de zonas de riesgo y que existen registros que desvelan laderas amenazadas en zonas alpinas.
Los métodos para detectar corrimientos incluyen la inserción de sondas mediante perforaciones y la medición de puntos marcados en la superficie. No obstante, la instalación de este tipo de dispositivos no es en absoluto barata y obliga a los geólogos a realizar inspecciones a distintos intervalos que aportan una información de baja resolución sobre lo que ocurre en el interior de la ladera.
Ahora bien, geólogos de la Universidad Técnica de Múnich (TUM) y de la Universidad Militar de Múnich (Bundeswehruniversität) han logrado importantes avances en el diseño de geosensores. Además los han combinado con programas informáticos de observación para crear un sistema de alerta rápida económico y flexible. Si salta la alarma en este sistema, expertos en seguridad tienen tiempo de apuntalar la ladera, redirigir el tráfico o evacuar a los habitantes.
Otra ventaja que poseen es que se pueden enterrar en distintos puntos. «Simplemente llenamos los pozos de sondeo con cable coaxial básico, como los que se utilizan en instalaciones de antena por ejemplo», explicó el profesor de Geología e Ingeniería de la TUM Kurosch Thuro.
Gracias a este sistema, si la masa de la superficie de la tierra se desliza, el cable se cortará en el punto de transferencia del estrato fijo. Un dispositivo de pequeño tamaño en la superficie transmite este evento a los interesados.
El equipo de la Bundeswehruniversität, dirigido por el profesor Otto Heunecke, se encarga de distribuir sobre la ladera sensores cuya posición puede detectarse mediante GPS (Sistema de Posicionamiento Global). Los geólogos tratan de obtener mediciones precisas mediante componentes rentables y accesibles que permitan registrar movimientos con independencia de su magnitud.
También se emplea un videotacómetro, un dispositivo de medición de última generación que cuenta con un escáner láser y una cámara y que vigila objetos naturales como piedras y sus movimientos. Utilizando la estructura de un acantilado como ejemplo, los geólogos indican que el tacómetro ubica y mide la estructura a intervalos periódicos y registra cualquier tipo de cambio producido.
«Si nos evitamos la instalación de reflectores podemos ahorrar aún más dinero», indicó Thomas A. Wunderlich, profesor titular de Geodesia de la TUM . «Y evitamos el problema de su destrucción por parte del ganado.»
Con estos componentes avanzados, los geólogos instalan una red granular de puntos de control en toda la ladera y compilan los datos en una base de datos central. El «cerebro» del sistema evalúa la información junto a otros parámetros como los datos meteorológicos.
Los geólogos cooperan con socios industriales para desarrollar con fines comerciales el sistema solicitado por el Ministerio Federal de Investigación y la Fundación Alemana de Investigación (DFG). Una serie de grupos ya han manifestado su interés en la adquisición del sistema.

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