Quiero conversar conmigo mismo, ya que hace mucho tiempo no lo hago.
Quiero contarme cosas que ni yo mismo sabía y que estaban bien guardadas dentro de mi. Comenzaré por decirme lo difícil que es vivir en la angustia del diario existir.
Cuantas veces hago cosas de las que ni yo mismo me entero y que luego me son anunciadas en mis pensamientos.
¿Será que habita otro ser dentro de mí, o será que mi alma se desdobla con el fin de compartir todas mis emociones, buenas o malas?
Todo me lo cuento ahora, porque ha llegado el momento de decirme muchas verdades, de las cuales parece que me hacía el sordo o que, simplemente, dejaba pasar para que fuera ese “otro yo”quien asumiera toda la responsabilidad y simplemente me dedicara a holgazanear y disfrutar de lo conseguido por “el”.
Por fortuna, llegó este día en el que puedo decirme, que me conozco más y también que siempre hay “otro”, dentro de cada uno de nosotros que hace las veces de guardián, de guía, de acompañante, de amigo, de hermano, de receptor de tus inquietudes, de asesor en los momentos difíciles y, sobre todo, de “yo mismo”.
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