Los investigadores, que hicieron sus experimentos con nano objetos (1nm = 1 millonésima de milímetro), estiman que nada impide aplicar el mismo principio para hacer invisible a una persona, un tanque o un incluso petrolero.
Los científicos ya habían conseguido disimular un cilindro de cuero de unos diez centímetros "iluminado" por un rayo de microondas, a frecuencia radar, invisible para el hombre. Pero el experimento estaba limitado a las dos dimensiones.
El equipo del profesor Xiang Zhang, de la universidad californiana de Berkeley, ha conseguido dos primicias: trabajar con luz visible y en tres dimensiones.
Los nuevos materiales - o "metamateriales" - son capaces de producir lo que se llama un "índice de refracción negativo", indispensable para invisibilizar los objetos. Con este índice negativo, la luz se desvía en dirección contraria a la normal.
Los metamateriales deben inclinar la luz alrededor del objeto, de manera que lo envuelva y después recupere su forma original, al igual que una corriente de agua recupera su forma tras superar un obstáculo. El observador ya no ve la perturbación en la luz y de esta manera el objeto desaparece a a su vista.
Aunque una de las aplicaciones más inmediatas de estos metamateriales podría ser la construcción de lentillas especiales que permitan ver hasta un virus o las moléculas del ADN, lo que excita más la imaginación tiene que ver con la invisibilidad descrita por autores como H.G. Wells ("El hombre invisible") o J.K. Rowling (Harry Potter).
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