Los investigadores, dirigidos por el Centro John Innes (Reino
Unido), afirmaron que las sanguinas suelen precisar un periodo de
frío durante su maduración para desarrollar el pigmento rojo.
Existen muchas zonas en el mundo que producen esta variedad de
naranja, pero la región siciliana alrededor del Etna (Italia) es el
lugar ideal para cultivarlas con fiabilidad. Los días soleados y
las noches tanto frías como templadas ofrecen las condiciones
óptimas para la producción de estas naranjas, circunstancias que se
cumplen en esta zona de Italia.
Los investigadores llamaron Ruby al gen identificado como responsable de influir de forma determinante en la pigmentación de la sanguina.
«Las sanguinas contienen pigmentos naturales a los que se atribuyen beneficios para la salud cardiovascular, la diabetes y el control de la obesidad», informó la profesora Cathie Martin del Centro John Innes del Parque Científico de Norwich. «Un mejor conocimiento de este rasgo podría ofrecer soluciones de ingeniería genética sencillas que permitiesen cultivar con fiabilidad sanguinas en climas más cálidos.»
Los pigmentos son antocianinas, flavonoides que dan su color característico a las frutas rojas, púrpuras y azules. En estudios anteriores sobre otros alimentos con alto contenido de antocianina se descubrió, en términos más generales, por qué el consumo de zumo de sanguina reduce el estrés oxidativo en diabéticos, protege el ADN (ácido desoxirribonucleico) contra el daño oxidativo y podría disminuir los factores de riesgo cardiovascular. El gen Ruby se aisló a partir de la pulpa de naranjas y sanguinas. El equipo descubrió que está controlado por elementos genéticos móviles activados por el estrés generado por el frío.
«Nuestros resultados no ofrecen demasiadas esperanzas de identificar o lograr mediante fitogenética tradicional nuevas variedades de sanguina que no dependan del frío», concedió la profesora Martin. «Ahora estamos experimentando con la unión del gen Ruby a un promotor de la fruta específico para que se pueda inducir de otro modo [distinto al frío].»
Las sanguinas son una variante de la naranja, el frutal más común en todo el mundo. Este estudio confirmó además que las naranjas son un híbrido entre el pomelo del sureste asiático y la mandarina.
Los investigadores llamaron Ruby al gen identificado como responsable de influir de forma determinante en la pigmentación de la sanguina.
«Las sanguinas contienen pigmentos naturales a los que se atribuyen beneficios para la salud cardiovascular, la diabetes y el control de la obesidad», informó la profesora Cathie Martin del Centro John Innes del Parque Científico de Norwich. «Un mejor conocimiento de este rasgo podría ofrecer soluciones de ingeniería genética sencillas que permitiesen cultivar con fiabilidad sanguinas en climas más cálidos.»
Los pigmentos son antocianinas, flavonoides que dan su color característico a las frutas rojas, púrpuras y azules. En estudios anteriores sobre otros alimentos con alto contenido de antocianina se descubrió, en términos más generales, por qué el consumo de zumo de sanguina reduce el estrés oxidativo en diabéticos, protege el ADN (ácido desoxirribonucleico) contra el daño oxidativo y podría disminuir los factores de riesgo cardiovascular. El gen Ruby se aisló a partir de la pulpa de naranjas y sanguinas. El equipo descubrió que está controlado por elementos genéticos móviles activados por el estrés generado por el frío.
«Nuestros resultados no ofrecen demasiadas esperanzas de identificar o lograr mediante fitogenética tradicional nuevas variedades de sanguina que no dependan del frío», concedió la profesora Martin. «Ahora estamos experimentando con la unión del gen Ruby a un promotor de la fruta específico para que se pueda inducir de otro modo [distinto al frío].»
Las sanguinas son una variante de la naranja, el frutal más común en todo el mundo. Este estudio confirmó además que las naranjas son un híbrido entre el pomelo del sureste asiático y la mandarina.
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