"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


domingo, 29 de abril de 2012

Profundizando en la ciencia

¿qué sabemos de...?


En alguna ocasión quizás nos hemos preguntado cuáles son los mínimos conocimientos que deberíamos tener sobre distintas disciplinas para no considerarnos unos ignorantes sin paliativos y casi nos acaece un desmayo ante la ingente cantidad de información requerida. Dicho esto, los más pillos guardan las ciencias en un cajón aparte, hay que reconocerles que se ahorran el aprendizaje de un buen legajo de datos. Sin embargo, cada vez se acepta menos su postura de humanistas que se permiten ignorar lo que explica la realidad en la que vivimos: la ciencia.

Por ello, la colección "¿Qué sabemos de?", del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) se revela al primer vistazo como una excelente idea. Los tomos están escritos por científicos de este centro, que abarca gran parte de la investigación que se hace actualmente en España, por lo que la cantera de autores que pueden ilustrarnos parece prácticamente inagotable y el margen de crecimiento de una colección, que por el momento cuenta con once libros, muy amplio. Con tan halagüeñas perspectivas, empiezo a leer algunos de ellos, especialmente dos de los más relacionados con caosyciencia: "Titán" y "El jardín de las galaxias", y me doy cuenta de que no son lo que creía, no es que sean peores sino que son distintos.
No se trata de libros para iniciar al lector en algunas cuestiones sino para profundizar en ellas: aportan una puesta al día del conocimiento, bien reflejada, es cierto, en el título de la colección: "¿Qué sabemos de?". En "El jardín de las galaxias" se aprecia especialmente. Su autor, Mariano Moles, incide en las primeras creencias que sobre estos objetos del Universo se tuvieron como su errónea inclusión en el grupo de las nebulosas. Se podría afirmar que propone un viaje de la ignorancia al saber en lo que se refiere a la apreciación de las galaxias, e incluye a otros interrogantes astronómicos como los cuásares o los agujeros negros. Ganaría su propuesta si las imágenes que incluye estuvieran intercaladas en el texto iluminándolo, pero su concentración en un librillo central se debe, con toda probabilidad, a cuestiones de edición.
El texto redactado por Moles es bastante académico, no es sencillo de aprehender. No parece alinearse con la tendencia actual de pretender que la ciencia es divertida y que, imagino, debe trocar el entusiasmo inicial en una frustración durable en aquella gente que desea entender conceptos de genética o matemáticas en el tiempo que lleva dar un paseo bajo las estrellas. Tampoco ellas son fáciles de conocer. Decir que nacen, viven y mueren como nosotros, que laten como nuestro corazón, ¿es realmente cierto? Es deseable que en la divulgación se utilicen comparaciones y simplificaciones para transmitir un mensaje, pero siempre estableciendo un compromiso entre los niveles de precisión y los de comprensión posterior por el receptor. Frecuentemente se popularizan una especie de refranes, sentencias que se repiten de forma invariable para explicar los mismos conceptos y que crean una falsa impresión de saber fácil. Se olvida por un lado la necesidad del esfuerzo cognitivo y por el otro que el conocimiento científico siempre está en la cuerda floja: puede ser falsado en cualquier momento por nuevos avances.
Y abordo "Titán", escrito por Luisa M. Lara. En comparación con el texto precedente su lectura me parece llana. Se beneficia en el curso del relato de la épica de las misiones que han intentado arrancar sus secretos a este satélite de Saturno, remontándose a las Voyager y a su fantástico periplo por el Sistema Solar. Incide, especialmente, en la Cassini-Huygens, una exitosa colaboración entre la ESA y la NASA, que se embarcaron juntas en el estudio del sistema del planeta anillado. Y habla, cómo no, de las características que hacen de Titán un cuerpo astronómico especial, esa semejanza con la Tierra que permite establecer una serie de paralelismos, por ejemplo en la meteorología y la climatología. Imaginen lo difícil que es realizar en un satélite de Saturno las mismas investigaciones que en nuestro planeta, por ejemplo geológicas. Suerte de la química, que puede revelarnos muchos datos "titanescos". Lara acaba con una mirada al futuro. En este libro queda patente la ventaja de que sea la misma gente que investiga, que participa en misiones espaciales, la que nos explique en qué consisten. Además del delgado dossier de imágenes, destaca la presencia de un glosario, que nos saca de dudas en lo que a algunos términos se refiere.
Habiendo leído ambos libros, opino que son ciertamente muy atractivos pero para un lector con un cierto bagaje previo sobre los misterios del Universo, no son ventanas al descubrimiento para el neófito. Leslie Sage, editor para las áreas de Astronomía, Ciencias Planetarias y Física de la revista Nature, afirmó en una entrevista reciente que en las encuestas realizadas en ella la Astronomía y la Paleontología se revelan como las dos disciplinas que más fascinan a los seres humanos. Voy, entonces, a por "Los neandertales", de Antonio Rosas.
Los neandertales constituyen una de las grandes incógnitas en la historia de la evolución de los homínidos. ¿Quiénes fueron? ¿De dónde vinieron? ¿Hacia dónde dirigieron después sus pasos? ¿Por qué eran como eran físicamente? Se intenta desentrañar su historia y el porqué de sus rasgos fisiológicos a partir de los restos disponibles. Es como hacer un puzle cuya imagen final se ignora. Rosas alude a lo que podrían revelar los proyectos de secuenciación de ADN de neandertal. Y se pregunta la gran cuestión, si hubo intercambio entre neandertales y humanos. El autor habrá leído ya la respuesta. El mes de mayo pasado se publicó en la revista Science una información revolucionaria: entre el 1 y el 4% del genoma humano procede de los neandertales, esto significa que tuvieron descendencia con "nosotros". Rosales plantea para terminar dos sugestivas cuestiones: ¿Por qué se extinguió el Homo neanderthalensis y no el Homo sapiens? Y la todavía más perturbadora: ¿Tienen las especies un tiempo de vida limitado como los individuos? Si esto es así, ¿cuánto tiempo nos queda como especie? Este libro se lee de corrido, a pesar de la ausencia de imágenes, una pena porque podrían ser muy ilustrativas. Sí consta de un glosario. Tengo que reconocer que me cautivó especialmente y que, pienso, es más adecuado para un público no informado que los precedentes.
En total he leído poco más del 25% del total de los libros publicados, por lo que mis apreciaciones tienen que tomarse en la proporción consecuente. Los otros títulos son: "La nanotecnología", "Las matemáticas y la física del caos", "El calamar gigante", "Cómo protegernos de los peligros de Internet", "Las plantas que comemos", "Las matemáticas del Sistema Solar", "El LHC y la frontera de la física" y "El Alzheimer". La colección no parece aspirar a cubrir de forma exhaustiva los grandes temas en ciencia, sino a dar pinceladas sobre algunas cuestiones interesantes con un nivel de detalle y un estilo cambiante que dependen del autor. Y la conclusión es que vale la pena hacer el esfuerzo de enterarnos de lo que cuentan, recordemos que a la ciencia la definen mucho mejor términos como intrigante y reveladora que divertida. A por los siguientes.








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