Estos restos arqueológicos fueron encontrados en un yacimiento de
un complejo de cuevas de la actual Armenia por un equipo
internacional de arqueólogos. Esta investigación ha sido sufragada
en parte por la National Geographic Society y los resultados se
publican en Journal of Archaeological Science.
Según los investigadores se trata del centro de producción de vino más antiguo encontrado, con prensa, vasijas de fermentación y jarras de almacenamiento.
El descubrimiento en 2007 de lo que parecían ser semillas de uva inspiraron a este equipo de arqueólogos para excavar Areni-1, un complejo de cuevas en un cañón de las montañas del Caúcaso cerca del noroeste de las montañas de Zagros, cerca de la frontera sur de Armenia con Irán. En este mismo yacimiento arqueológico se encontró hace poco un mocasín de cuero de 5500 años de edad y que constituye el zapato más antiguo conocido.
Los análisis de radiocarbono realizados sobre los artefactos encontrados sitúan esta bodega entre los años 4100 y 4000 antes de cristo, durante el periodo calcolítico o Edad del Cobre.
Las estructuras que encontraron son similares a otras relacionadas con la producción de vino y que han estado usándose hasta el siglo XIX a lo largo del Mediterráneo y el Caúcaso. La prensa es rudimentaria, creen que el prensado de la uva se realizaba con los pies, como se ha hecho en esas mismas regiones o como se hacía en California en un principio (o como todavía se hace de manera artesanal en muchos sitios en la actualidad).
Alrededor del sitio donde se pisaba la uva los arqueólogos encontraron semillas de uva, los restos de uvas prensadas, residuos de mosto y docenas de restos de viñas. Las semillas correspondían a Vitis vinifera vinifera, una variedad doméstica de viñas que todavía se usa para elaborar vino. La cuba de fermentación encontrada podía contener hasta unos 50 litros de líquido.
Los análisis espectrométricos de los residuos encontrados reveló la presencia de malvidina, que se sabe que aparece solamente en otra fruta nativa de la región: la granada. Como no se encontraron restos de esta fruta en el sitio los investigadores asumen que se trataba de restos de mosto de uva. Este dato es importante porque en otros lugares sólo se ha podido confirmar este punto de la producción de vino o bien a través de la presencia de ácido tartárico, cuyo origen puede situarse en muchas otras frutas; o a través de la presencia de resina que se añade al vino para mejorar su conservación y sabor, pero que se puede destinar a muchos otros usos.
En esa época, en la que no había refrigeración artificial, el proceso de fermentación (además de inevitable) era el único que permitía la conservación de jugos o zumos vegetales. Se ha propuesto que en ciertas regiones del mundo los líquidos fermentados eran los únicos con cierta garantía sanitaria, por lo que el estado habitual de nuestros antepasados era el de la embriaguez. Con el paso del tiempo la producción de estos líquidos fermentados y su consumo creo una presión de selección hacia aquellas personas cuyo hígado podía metabolizar el alcohol con facilidad.
En otras regiones del mundo el consumo de té, para el que se hervía el agua, proporcionaba el aporte de líquido libre de microorganismos.
Las pruebas más antiguas sobre la producción de vino que se tenían hasta ahora fueron encontradas en los años ochenta por arqueólogos alemanes en Egipto, en la tumba del rey Escorpión I y datadas alrededor del año 3150 antes de Cristo.
Durante años los arqueólogos han afirmado haber encontrado pruebas que sitúan la producción de vino hasta en el año 6000 A.C. Hay también referencias muy antiguas sobre la producción de vino en el arte y registros históricos de épocas pasadas. En los murales del antiguo Egipto se representa la elaboración del vino. También se menciona, por ejemplo, en la Biblia cuando se dice que Noé, después del diluvio, plantó viñas, las vendimió y se emborrachó con el vino producido.
Se ha llegado a sugerir que la fermentación incentivó la domesticación de plantas y la producción de cerámica.
En este caso, como los restos se han encontrado entre tumbas de la época, se especula que esta producción de vino tendría motivos ceremoniales.
Es de esperar que se encuentren otros restos sobre de la producción de vino. Estos arqueólogos creen que la tecnología encontrada estaba ya muy desarrollada, así que es de imaginar una producción de vino más antigua todavía, aunque aún no se hayan encontrado pruebas de ello.
Según los investigadores se trata del centro de producción de vino más antiguo encontrado, con prensa, vasijas de fermentación y jarras de almacenamiento.
El descubrimiento en 2007 de lo que parecían ser semillas de uva inspiraron a este equipo de arqueólogos para excavar Areni-1, un complejo de cuevas en un cañón de las montañas del Caúcaso cerca del noroeste de las montañas de Zagros, cerca de la frontera sur de Armenia con Irán. En este mismo yacimiento arqueológico se encontró hace poco un mocasín de cuero de 5500 años de edad y que constituye el zapato más antiguo conocido.
Los análisis de radiocarbono realizados sobre los artefactos encontrados sitúan esta bodega entre los años 4100 y 4000 antes de cristo, durante el periodo calcolítico o Edad del Cobre.
Las estructuras que encontraron son similares a otras relacionadas con la producción de vino y que han estado usándose hasta el siglo XIX a lo largo del Mediterráneo y el Caúcaso. La prensa es rudimentaria, creen que el prensado de la uva se realizaba con los pies, como se ha hecho en esas mismas regiones o como se hacía en California en un principio (o como todavía se hace de manera artesanal en muchos sitios en la actualidad).
Alrededor del sitio donde se pisaba la uva los arqueólogos encontraron semillas de uva, los restos de uvas prensadas, residuos de mosto y docenas de restos de viñas. Las semillas correspondían a Vitis vinifera vinifera, una variedad doméstica de viñas que todavía se usa para elaborar vino. La cuba de fermentación encontrada podía contener hasta unos 50 litros de líquido.
Los análisis espectrométricos de los residuos encontrados reveló la presencia de malvidina, que se sabe que aparece solamente en otra fruta nativa de la región: la granada. Como no se encontraron restos de esta fruta en el sitio los investigadores asumen que se trataba de restos de mosto de uva. Este dato es importante porque en otros lugares sólo se ha podido confirmar este punto de la producción de vino o bien a través de la presencia de ácido tartárico, cuyo origen puede situarse en muchas otras frutas; o a través de la presencia de resina que se añade al vino para mejorar su conservación y sabor, pero que se puede destinar a muchos otros usos.
En esa época, en la que no había refrigeración artificial, el proceso de fermentación (además de inevitable) era el único que permitía la conservación de jugos o zumos vegetales. Se ha propuesto que en ciertas regiones del mundo los líquidos fermentados eran los únicos con cierta garantía sanitaria, por lo que el estado habitual de nuestros antepasados era el de la embriaguez. Con el paso del tiempo la producción de estos líquidos fermentados y su consumo creo una presión de selección hacia aquellas personas cuyo hígado podía metabolizar el alcohol con facilidad.
En otras regiones del mundo el consumo de té, para el que se hervía el agua, proporcionaba el aporte de líquido libre de microorganismos.
Las pruebas más antiguas sobre la producción de vino que se tenían hasta ahora fueron encontradas en los años ochenta por arqueólogos alemanes en Egipto, en la tumba del rey Escorpión I y datadas alrededor del año 3150 antes de Cristo.
Durante años los arqueólogos han afirmado haber encontrado pruebas que sitúan la producción de vino hasta en el año 6000 A.C. Hay también referencias muy antiguas sobre la producción de vino en el arte y registros históricos de épocas pasadas. En los murales del antiguo Egipto se representa la elaboración del vino. También se menciona, por ejemplo, en la Biblia cuando se dice que Noé, después del diluvio, plantó viñas, las vendimió y se emborrachó con el vino producido.
Se ha llegado a sugerir que la fermentación incentivó la domesticación de plantas y la producción de cerámica.
En este caso, como los restos se han encontrado entre tumbas de la época, se especula que esta producción de vino tendría motivos ceremoniales.
Es de esperar que se encuentren otros restos sobre de la producción de vino. Estos arqueólogos creen que la tecnología encontrada estaba ya muy desarrollada, así que es de imaginar una producción de vino más antigua todavía, aunque aún no se hayan encontrado pruebas de ello.
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