«La memoria de trabajo es una especie de bloc de notas mental y, dependiendo de lo buena que sea en cada persona, bien le facilitará el camino hacia el aprendizaje o bien le pondrá serias trabas para el aprendizaje», afirmó la Dra. Tracy Alloway de la Facultad de Educación de la Universidad de Durham, coordinadora de la investigación.
En una encuesta realizada a 3.000 escolares, los investigadores descubrieron que el 10% de los niños tenía una mala memoria de trabajo, lo que afecta gravemente a su capacidad de aprendizaje. En muchos casos los investigadores observaron que los profesores creían erróneamente que estos niños tenían problemas de atención o niveles bajos de inteligencia.
«A partir de varios estudios a gran escala que hemos realizado, creemos que el único modo de que los niños con mala memoria de trabajo puedan lograr un éxito académico es enseñándoles cómo pueden aprender a pesar de su poca capacidad para almacenar información mentalmente», comentó la Dra. Alloway.
«Actualmente, no se identifica ni evalúa la memoria de trabajo de los niños dentro del ambiente del aula. La identificación temprana de estos niños será un paso importante para abordar el bajo rendimiento escolar. Esto significará que los profesores podrán adaptar sus métodos para ayudar a los niños a aprender antes de que se queden muy rezagados respecto de sus compañeros», apuntó la Dra Alloway.
Gracias a esta herramienta desarrollada en el estudio, ahora será posible identificar a estos niños a la temprana edad de cuatro años, comentó la Dra. Alloway. La herramienta se compone de una lista de comprobación denominada «Working Memory Rating Scale» (WMRS o Escala de valoración de la memoria de trabajo), que ayuda a los profesores a reconocer a los niños que probablemente tienen este problema sin tener que someterlos a ninguna prueba. Si un niño marca muchas de las casillas de la lista, el profesor puede en ese momento realizar lo que se conoce como «Automated Working Memory Assessment» (AWMA o Evaluación automatizada de la memoria de trabajo) a través de un programa informático.
Además de evaluar el rendimiento de los niños, la herramienta también sugiere a los profesores cómo tratar a los niños con mala memoria de modo que no queden rezagados en clase. Entre las sugerencias figuran la repetición de instrucciones, el uso de estructuras de oraciones sencillas y la división de tareas en ejercicios más pequeños y manejables.
La herramienta se ha puesto en práctica en 35 escuelas en el Reino Unido y se ha traducido a otros diez idiomas. Según los usuarios, la herramienta ya está cambiando las cosas. «Ahora estamos empezando a ver a los niños desde una perspectiva diferente al conocer más acerca de las dificultades a las que se enfrentan los escolares con mala memoria», afirmó Chris Evans, director de una de las escuelas en la que se ha formado a los profesores para utilizar esta herramienta. «Nos hemos dado cuenta de que no son niños que sueñan despiertos, que no prestan mucha atención o que rinden por debajo de su capacidad, sino que se trata de niños que simplemente necesitan ser tratados con un enfoque diferente. Creemos que estos nuevos modos de aprendizaje pueden ayudar tanto al profesor como a los niños a realizar su trabajo de manera satisfactoria.»
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