Un estudio en el que han participado investigadores del Museo
Nacional de Ciencias Naturales (MNCN), de la Estación Experimental
de Zonas Áridas (CSIC) y de la Universidad Nacional Autónoma de
México, describe la variación del color del pico en tres
poblaciones antárticas de pingüino papúa. En contra de lo esperado,
las poblaciones más septentrionales son las que muestran los picos
más nítidamente rojos, aun cuando ocupan las áreas más contaminadas
y con mayor carga de parásitos.
Según el estudio, que se ha publicado en la revista Polar Biology, las diferencias que se observan en el color del pico de las distintas poblaciones de pingüino papúa parecen responder a la abundancia y calidad de krill, cuyas poblaciones han disminuido en la península Antártica como consecuencia del cambio climático.
"Si esto se confirma, sería interesante comprobar si la variación en las características del krill debida al cambio climático tienen consecuencias en los rasgos sexuales secundarios, como el color del pico, de los pingüinos, que podrían verse afectados por la ingesta de este crustáceo", señala Andrés Barbosa, autor principal del estudio e investigador del MNCN.
'Lucir' colores más intensos
Los carotenoides son unos pigmentos muy comunes en el reino vegetal, y son los responsables de los tonos rojos y amarillos que aparecen en las plumas, picos y patas de muchas aves. Pero más allá de su función ornamental, son "imprescindibles" para un buen número de procesos fisiológicos por sus propiedades antioxidantes e inmunitarias.
En principio, se espera que el color del ornamento sea más intenso cuanto mejor sea la condición física del individuo, lo cual puede deberse a la ausencia de contaminación, parásitos o enfermedades. Los individuos pueden dedicar una mayor cantidad de estos compuestos a saturar el color de sus rasgos sexuales sin tener que emplearlos en combatir enfermedades, de manera que sólo los individuos con mayor calidad son capaces de lucir ornamentos más coloridos.
Pero la intensidad del color va a depender también de la dieta, ya que estos pigmentos sólo pueden ser sintetizados por plantas, hongos, algas y bacterias. Por otra parte, no todas las especies tienen la misma habilidad para metabolizar y almacenar estos carotenoides.
El pingüino papúa, también llamado Juanito o de pico rojo, cría en la Antártida aunque sus poblaciones se encuentran repartidas por el cono sur americano, Tierra de Fuego y las islas Malvinas. Esta especie luce una mancha roja a ambos lados del pico, ligada a la presencia del carotenoide astaxantina, que también es el responsable del color rojizo del krill, su principal fuente de alimento.
Según el estudio, que se ha publicado en la revista Polar Biology, las diferencias que se observan en el color del pico de las distintas poblaciones de pingüino papúa parecen responder a la abundancia y calidad de krill, cuyas poblaciones han disminuido en la península Antártica como consecuencia del cambio climático.
"Si esto se confirma, sería interesante comprobar si la variación en las características del krill debida al cambio climático tienen consecuencias en los rasgos sexuales secundarios, como el color del pico, de los pingüinos, que podrían verse afectados por la ingesta de este crustáceo", señala Andrés Barbosa, autor principal del estudio e investigador del MNCN.
'Lucir' colores más intensos
Los carotenoides son unos pigmentos muy comunes en el reino vegetal, y son los responsables de los tonos rojos y amarillos que aparecen en las plumas, picos y patas de muchas aves. Pero más allá de su función ornamental, son "imprescindibles" para un buen número de procesos fisiológicos por sus propiedades antioxidantes e inmunitarias.
En principio, se espera que el color del ornamento sea más intenso cuanto mejor sea la condición física del individuo, lo cual puede deberse a la ausencia de contaminación, parásitos o enfermedades. Los individuos pueden dedicar una mayor cantidad de estos compuestos a saturar el color de sus rasgos sexuales sin tener que emplearlos en combatir enfermedades, de manera que sólo los individuos con mayor calidad son capaces de lucir ornamentos más coloridos.
Pero la intensidad del color va a depender también de la dieta, ya que estos pigmentos sólo pueden ser sintetizados por plantas, hongos, algas y bacterias. Por otra parte, no todas las especies tienen la misma habilidad para metabolizar y almacenar estos carotenoides.
El pingüino papúa, también llamado Juanito o de pico rojo, cría en la Antártida aunque sus poblaciones se encuentran repartidas por el cono sur americano, Tierra de Fuego y las islas Malvinas. Esta especie luce una mancha roja a ambos lados del pico, ligada a la presencia del carotenoide astaxantina, que también es el responsable del color rojizo del krill, su principal fuente de alimento.
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