El proceso se inicia con el oscilador mecánico en un estado caliente o de alta energía. Uno de los modos ópticos es frío, lo cual indica que la energía puede, potencialmente, fluir desde el oscilador al modo frío-enfriando el oscilador.
El segundo modo óptico es caliente, lo que significa que contiene un gran número de fotones incoherentes y está sujeto a fluctuaciones térmicas. De acuerdo con los cálculos de Eisert y Mari, este modo caliente tiene dos efectos sobre la temperatura del oscilador mecánico. Un efecto es obvio; el modo caliente calienta el oscilador. El segundo efecto inesperado es que las fluctuaciones en el modo caliente incrementan la tasa a la que se transfiere la energía desde el oscilador al modo frío. La clave para una aplicación práctica de la técnica es asegurar que el segundo efecto es el dominante.
Eisert dice que el sistema es similar a un transistor, dado que la aplicación de calor en el modo óptico caliente da como resultado un incremento proporcional del flujo de calor desde el oscilador mecánico al modo frío.
De acuerdo con Eisert, hay distintos grupos experimentales trabajando para realizar el sistema en el laboratorio. Las posibles aplicaciones del efecto incluyen el enfriamiento de dispositivos cuánticos, tales como relojes atómicos o diminutos resonadores mecánicos, usando luz incoherente procedente de los relativamente baratos LEDs.
Los cálculos se describen en arXiv: 1104.0260
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