control de pigmentación.
Pero el cómo crean y exhiben sus espectaculares patrones las diferentes criaturas en el reino animal, como por ejemplo ciertos pájaros, peces de los arrecifes coralinos, mariposas y serpientes, ha sido, hasta ahora, uno de los mayores secretos de la naturaleza.
Un equipo de investigadores del Instituto Médico Howard Hughes en la Universidad de Wisconsin-Madison ha desvelado ahora los detalles de cómo los animales crean desde cero una nueva ornamentación corporal. Este trabajo es el resultado de años de laboriosa experimentación.
El nuevo estudio es importante porque es el primero que proporciona pruebas concretas de un sistema, teorizado desde hace tiempo, que genera los patrones de color en los animales, o sea, las rayas, manchas y cualquier otro patrón que los animales usan para camuflarse o encontrar pareja. En particular, el grupo de la citada universidad es el primero que identifica un morfogen inductor de color, cuya proteína hace que ciertas células fabriquen pigmentos.
Para desentrañar el secreto de la ornamentación animal, Sean Carroll, Thomas Werner y Shigeyuki Koshikawa, de la Universidad de Wisconsin-Madison, y Thomas Williams, ahora en la Universidad de Dayton, analizaron las características moleculares y la historia evolutiva de cómo una especie de mosca de la fruta norteamericana, Drosophila guttifera, genera un complejo patrón de 16 manchas en las alas.
El grupo descubrió que una proteína presente en el tejido embrionario es codificada por un morfogen denominado Wingless. Hacia el final del periodo de desarrollo del ala, el morfogen Wingless induce a las células en ciertas áreas del ala a producir pigmento.
En la Drosophila guttifera, el morfogen actúa cerca de ciertas estructuras físicas existentes, como las intersecciones de venas. La ubicación de las manchas, en resumidas cuentas, está determinada por estos patrones preexistentes. El Wingless actúa en momentos específicos y en los lugares concretos donde van a estar las manchas.
Un equipo de investigadores del Instituto Médico Howard Hughes en la Universidad de Wisconsin-Madison ha desvelado ahora los detalles de cómo los animales crean desde cero una nueva ornamentación corporal. Este trabajo es el resultado de años de laboriosa experimentación.
El nuevo estudio es importante porque es el primero que proporciona pruebas concretas de un sistema, teorizado desde hace tiempo, que genera los patrones de color en los animales, o sea, las rayas, manchas y cualquier otro patrón que los animales usan para camuflarse o encontrar pareja. En particular, el grupo de la citada universidad es el primero que identifica un morfogen inductor de color, cuya proteína hace que ciertas células fabriquen pigmentos.
Para desentrañar el secreto de la ornamentación animal, Sean Carroll, Thomas Werner y Shigeyuki Koshikawa, de la Universidad de Wisconsin-Madison, y Thomas Williams, ahora en la Universidad de Dayton, analizaron las características moleculares y la historia evolutiva de cómo una especie de mosca de la fruta norteamericana, Drosophila guttifera, genera un complejo patrón de 16 manchas en las alas.
El grupo descubrió que una proteína presente en el tejido embrionario es codificada por un morfogen denominado Wingless. Hacia el final del periodo de desarrollo del ala, el morfogen Wingless induce a las células en ciertas áreas del ala a producir pigmento.
En la Drosophila guttifera, el morfogen actúa cerca de ciertas estructuras físicas existentes, como las intersecciones de venas. La ubicación de las manchas, en resumidas cuentas, está determinada por estos patrones preexistentes. El Wingless actúa en momentos específicos y en los lugares concretos donde van a estar las manchas.
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