Ahora un grupo de microbiólogos de Queen's University dirigidos por John Hallsworth ha demostrado que esto tampoco es cierto. Como hipótesis de partida consideraron que un soluto especial podría no solamente evitar la congelación del agua alrededor de los microorganismos, sino además evitar los efectos perniciosos de las bajas temperaturas.
Se fijaron en el glicerol, que es usado naturalmente de forma rutinaria como protector de macromoléculas para así proteger las células de las bajas temperaturas. Este compuesto también se usa industrialmente como anticongelante, pues consigue rebajar la temperatura de congelación del agua si está disuelto en él a altas concentraciones. Es decir, produce un descenso crioscópico.
Así que se pusieron manos a la obra y usaron varios solutos con esta misma propiedad y observaron el crecimiento de extremófilos en dichas disoluciones. También experimentaron con solutos que tienen la justamente la propiedad contraria.
En estos experimentos usaron diferentes tipos de hongos tolerantes al frío, una clase de extremófilos que se puede encontrar en hábitats con poca agua. Estos organismos prosperaron igual de bien en ambos tipos de disoluciones cuando la temperatura era de 30 grados centígrados. Sin embargo, a 1,7 grados los microorganismos en el medio con agente crioscópico empezaron a prosperar mejor.
Después, estos investigadores sometieron a esporas de este hongo a una temperatura de 80 grados bajo cero en ambos tipos de disoluciones. Sólo el 5% de ellas tratadas con "disolución crioscópica" murieron, frente al 60% en el otro tipo de disolución.
Según Hallsworth el descubrimiento tendría implicaciones para la posible vida en otros cuerpos celestes distintos a la Tierra como Marte o Europa. En esos lugares se sabe que hay sustancias que pueden disminuir el punto de congelación cuando hacen de solutos, por lo que la gama de temperaturas a la que vida sería posible es mayor que lo pensado.
Richard Hoover, astrobiólogo de la NASA y no implicado en el estudio, está de acuerdo con la afirmación de Hallsworth, pero dice que los investigadores no deberían limitarse a estudiar microbios aeróbicos como esos hongos xerofílicos, pues la mayoría de los extremófilos se han encontrado viven en ambientes sin oxígeno.
Investigadores de la Universidad de Georgia han descubierto que en esa laguna debe haber algún mecanismo químico que produce óxido nitroso (potente gas de efecto invernadero también conocido como gas de la risa) e hidrógeno.
Esta laguna ha despertado cierta fascinación desde que fuera descubierta en los sesenta. Calificado como un lugar de singular belleza (lo comparan con un jardín Zen), se puede acceder a él en un viaje de 40 minutos en helicóptero desde una base cercana. Aunque tanto su extensión como profundidad ha variado a lo largo del tiempo, se puede estimar que mide unos 1000 metros de larga por unos 400 de ancha. Es el cuerpo líquido más salado de la Tierra, unas ocho veces más salado que el Mar Muerto. Esta elevada salinidad permite que la laguna no se congele completamente pese a las bajas temperaturas reinantes. A pesar de todo, desde hace ya mucho tiempo se sabe que en ese ambiente hay una rica flora microbiana que cuenta con hongos, bacterias y algas verde-azuladas.
Las rocas del lugar son además similares a las que se pueden encontrar en Marte, por lo que este sitio es ideal para estudiar la actividad microbiana en ambientes extremos, según Samantha Joye.
Aunque no han descubierto metano u otros marcadores biológicos típicos, sí ha encontrado este óxido nitroso, cuyo mecanismo de producción no está todavía comprendido del todo.
Según especulan estos investigadores las rocas del lugar podrían reaccionar químicamente con el entorno, produciendo cierta variedad de compuestos, como óxido nitroso o hidrógeno. Este tipo de mecanismo también se podría dar en Marte, ser un componente importante en el ciclo del nitrógeno marciano y servir como una fuente importante de energía para hipotéticos microorganismos quimiosintéticos.
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Aquí en la Tierra estos investigadores tuvieron que usar unos trajes e instrumentos estériles para así no contaminar el ambiente accidentalmente, además de recoger la cantidad de material imprescindible para sus investigaciones.
En definitiva, podemos decir que el límite inferior de temperatura para la vida es simplemente aquel para el cual el agua ya no es líquida. Si disolvemos sustancias que impidan su congelación la vida se aferrará a esa gélida existencia, encontrando un camino para sobrevivir, como los microbios antárticos de la laguna Don Juan demuestran.
Hay que asombrace, y no puede quedar en la sola admiracion el trabajo que realizan muchos "cientificos" cuando algo les llama la atención, y si quizas uno desde tan joven, dejacen experimentar con cualquier cosa, aun a causa de sus consecuencias (esto hay que pensarlo mejor) pero el sentido dado a la necesidad de explorar, se convierte en el motor del desarrollo, lastima que se lleve haci el destruir, lo que ni con esfuerzo logremos, como seres humanos crear, me refiero a la vida, así, sólo nuestro contento se reduce a vivrla, con TODAS esas maravillas de ella. LA NATURALEZA.
ResponderEliminarUna peticion frente al articulo, deja un link, o bibliografia que remita al articulo cientifico publicado por los personajes que menciona, así no sólo quedare con vuestras palabras contando lo que leyo, sino que la comunicación me permitira tambien desde la base enterarme.
Gracias.
Fuente: University of Georgia.
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