Sin embargo, los científicos tienen una herramienta potente para estudiar la arquitectura del interior de la Tierra. Cuando se desencadenan grandes seísmos o potentes explosiones, las vibraciones (como ondas sónicas) viajan a través de la Tierra y los sismómetros pueden detectarlas a grandes distancias, incluso al otro lado del planeta. Estudiando las características de estas ondas, como por ejemplo cuánto tardan en llegar al instrumento, y cuán fuertes son, los científicos pueden inferir muchas cosas acerca del interior del planeta.
Los más recientes avances en la sismología han resultado de las observaciones simultáneas de estas ondas empleando un número muy grande de instrumentos en redes densas. En el presente, la más grande de estas redes es la japonesa Hi-net.
Un beneficio extra de esta red es que los datos pueden ser usados también para estudiar el interior de la Tierra a gran profundidad, buscando las débiles vibraciones que pasan a través del núcleo del planeta. Una de estas señales tan sutiles es la onda sísmica llamada PKJKP. Las propiedades de esta onda contienen un tesoro de datos acerca del núcleo interno terrestre.
Además de obtener evidencia directa de su solidez, el equipo observó evidencia de "textura" en el hierro del núcleo interno. Esto puede revelar los patrones dejados por el proceso de solidificación del hierro líquido del núcleo externo.
Más observaciones como ésta permitirán a los sismólogos comenzar a entender estos patrones y lo que implican con respecto a cómo la parte más profunda de nuestro planeta ha cambiado a través de su historia.
Los más recientes avances en la sismología han resultado de las observaciones simultáneas de estas ondas empleando un número muy grande de instrumentos en redes densas. En el presente, la más grande de estas redes es la japonesa Hi-net.
Un beneficio extra de esta red es que los datos pueden ser usados también para estudiar el interior de la Tierra a gran profundidad, buscando las débiles vibraciones que pasan a través del núcleo del planeta. Una de estas señales tan sutiles es la onda sísmica llamada PKJKP. Las propiedades de esta onda contienen un tesoro de datos acerca del núcleo interno terrestre.
Además de obtener evidencia directa de su solidez, el equipo observó evidencia de "textura" en el hierro del núcleo interno. Esto puede revelar los patrones dejados por el proceso de solidificación del hierro líquido del núcleo externo.
Más observaciones como ésta permitirán a los sismólogos comenzar a entender estos patrones y lo que implican con respecto a cómo la parte más profunda de nuestro planeta ha cambiado a través de su historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario