Los coches conceptuales ("concept cars") se han convertido en los últimos años en un ejercicio obligado para los fabricantes para probar diseños y tecnologías, grandes estrellas del Salón del Automóvil de Tokio, donde tecnología y vanguardia se unen hasta el 6 de septiembre en los alrededores de la capital japonesa.
En materia de imaginación, los japoneses están a la cabeza mundial con conceptos originales y a menudo llenos de nuevas tecnologías. Nissan expone un mini-coche de dos plazas cuya cabina de conducción, en forma de burbuja, se orienta a voluntad en el sentido de la marcha, gracias a un sistema de rotación del habitáculo pivotante sobre una plataforma de cuatro ruedas. Un poco más lejos, en el gigantesco 'stand' de Toyota, las cámaras de fotos inmortalizan un pequeño aparato a medio camino entre coche y 'scooter', el 'i-Swing', nueva versión de un monoplaza que sucede a los conceptuales 'Personal Mobility' e 'i-Unit' del mismo constructor. Además, según el número uno de los automóviles japoneses, el i-Swing "se ilumina de forma diferente en función de los gustos del conductor, difunde su música preferida y gracias a su sistema de inteligencia artificial se adapta poco a poco a las costumbres de éste". En el lado opuesto de este concepto "egocéntrico", Honda presenta una mini-furgoneta familiar y amiga de los animales, 'W.O.W', con bolsillos para llevar al gato delante y al perro detrás, modulables en función del tipo de pasajeros -personas o animales- gracias a los asientos "transformistas". Pero no todo es futurista en este Salón. Entre los otros prototipos desvelados, hay una tendencia 'retro-design'. Algunos modelos, como el Nissan Foria, recuerda a los bólidos de los 60 o evocan el 'kitsch' de un salón de la década con una banqueta-canapé y un sillón ('Akino', de Chrysler). La nostalgia se remonta incluso a los años 30 con el PX de Suzuki, salido de una película del cine negro estadounidense, si no fuera porque está plagado de tecnología: televisión incorporada, GPS, etc. También hay una tendencia "guerrera", con coches aerodinámicos en forma de bala (el híbrido UFE-III de Daihatsu, digno de la película 'Minority Report' de Spielberg) o como un tanque de lujo ('D:5' de Mitsubishi Motors). Los 'concepts cars' europeos, menos numerosos, son generalmente más realistas y menos audaces. El alemán Mercedes Benz privilegia la seguridad, la ecología y la comodidad con el 'HyGenuis F600'. Este modelo híbrido lleva un maletero en el que se pueden sentar los pasajeros para hacer una pausa y comer. Uno de los asientos puede además transformarse en un sillón ultra-seguro para un niño.
En materia de imaginación, los japoneses están a la cabeza mundial con conceptos originales y a menudo llenos de nuevas tecnologías. Nissan expone un mini-coche de dos plazas cuya cabina de conducción, en forma de burbuja, se orienta a voluntad en el sentido de la marcha, gracias a un sistema de rotación del habitáculo pivotante sobre una plataforma de cuatro ruedas. Un poco más lejos, en el gigantesco 'stand' de Toyota, las cámaras de fotos inmortalizan un pequeño aparato a medio camino entre coche y 'scooter', el 'i-Swing', nueva versión de un monoplaza que sucede a los conceptuales 'Personal Mobility' e 'i-Unit' del mismo constructor. Además, según el número uno de los automóviles japoneses, el i-Swing "se ilumina de forma diferente en función de los gustos del conductor, difunde su música preferida y gracias a su sistema de inteligencia artificial se adapta poco a poco a las costumbres de éste". En el lado opuesto de este concepto "egocéntrico", Honda presenta una mini-furgoneta familiar y amiga de los animales, 'W.O.W', con bolsillos para llevar al gato delante y al perro detrás, modulables en función del tipo de pasajeros -personas o animales- gracias a los asientos "transformistas". Pero no todo es futurista en este Salón. Entre los otros prototipos desvelados, hay una tendencia 'retro-design'. Algunos modelos, como el Nissan Foria, recuerda a los bólidos de los 60 o evocan el 'kitsch' de un salón de la década con una banqueta-canapé y un sillón ('Akino', de Chrysler). La nostalgia se remonta incluso a los años 30 con el PX de Suzuki, salido de una película del cine negro estadounidense, si no fuera porque está plagado de tecnología: televisión incorporada, GPS, etc. También hay una tendencia "guerrera", con coches aerodinámicos en forma de bala (el híbrido UFE-III de Daihatsu, digno de la película 'Minority Report' de Spielberg) o como un tanque de lujo ('D:5' de Mitsubishi Motors). Los 'concepts cars' europeos, menos numerosos, son generalmente más realistas y menos audaces. El alemán Mercedes Benz privilegia la seguridad, la ecología y la comodidad con el 'HyGenuis F600'. Este modelo híbrido lleva un maletero en el que se pueden sentar los pasajeros para hacer una pausa y comer. Uno de los asientos puede además transformarse en un sillón ultra-seguro para un niño.
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