"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


martes, 11 de enero de 2011

La naturaleza del sonido


En nuestro vocabulario disponemos de bastantes palabras para definir los sabores. Sin embargo, a pesar de su importancia, los sonidos cuentan con un léxico muy escaso. Nuestra apreciación de determinados sucesos varía según los sonidos que percibamos, de ahí, que las industrias tengan en cuenta su influencia a la hora de elaborar sus productos.

Nuestros oídos nos proporcionan permanentemente información que es indispensable para nuestra supervivencia. Nos informan acerca de acontecimientos en nuestro entorno que no podemos ver y, a través del habla, nos brindan conocimientos esenciales que necesitamos para poder funcionar.
La percepción sonora es el conjunto de procesos fisiológicos, psicológicos, conductuales y cognitivos que se producen en nuestro cuerpo y que nos permite realizar una interpretación de lo que estamos escuchando. La psicoacústica estudia la percepción subjetiva de las características del sonido (intensidad, tono y timbre), que a su vez, quedan determinadas por la frecuencia y la amplitud del sonido. También estudia la relación entre la sensación percibida por un sonido determinado o la forma en la que se escucha.
La sonoridad es una medida subjetiva de la intensidad con la que un sonido es percibido por el oído humano, del más fuerte al más débil. El tono es la propiedad de los sonidos que los caracteriza como más agudos o más graves, en función de su frecuencia. El timbre depende de la cantidad de armónicos que tenga un sonido y de la intensidad de cada uno de ellos y nos permite diferenciar los sonidos.
El cerebro crea la percepción de su entorno a partir de la información que le proporcionan los sentidos. Ante los sonidos segrega hormonas, modifica el ritmo respiratorio o el latido del corazón. Pero, hay situaciones en las que se equivoca y lo que percibimos no se corresponde con la realidad. Es decir, lo que vemos puede modificar la percepción auditiva de lo que estamos oyendo, cuandointeraccionan diferentes modalidades sensoriales, como la vista y el oído.
El efecto hipersónico consiste aumento de estimulación cerebral causado por la exposición a frecuencias sonoras ultrasónicas, o sea de 20 a 100KHz. Estas frecuencias son absorbidas por el cuerpo a través de la piel y los tejidos y no por los oídos, que son completamente sordos a estos tonos tan elevados. Estas frecuencias desencadenan una activación de la red neuronal encargada de procesar la belleza, el placer y la emoción.
Los infrasonidos producidos por motores como los de ciertos aviones de reacción pueden provocar vértigos, náuseas y cefaleas al ser afectado el laberinto auricular de la oreja.
La percepción sonora es el conjunto de procesos fisiológicos, psicológicos, conductuales y cognitivos que se producen en nuestro cuerpo...
Vic Tandy demostró que los infrasonidos provocan una pseudos-percepción de movimientos a los costados del campo visual, visiones anómalas que nuestro cerebro puede intentar dar explicación "viendo fantasmas". En ciertas condiciones se generan infrasonidos con la corriente de aire o de viento al circular dentro de una habitación.
Investigadores canadienses han descubierto que la piel actúa como un "segundo oído", al ser capaz de recibir sonidos a través de las corrientes de aire. Las personas "oimos" a través de la piel las pequeñas e inaudibles corrientes de aire creadas por un interlocutor al hablar, a pesar de que éstas pasan desapercibidas para el oído. Este "tacto auditivo" puede incluso confundirnos.
Según muestran los experimentos de Gick, cuando un flujo de aire alcanza la piel del cuello y las manos de manera fortuita en el mismo momento en que el interlocutor está pronunciando sílabas que no producen ninguna corriente de aire, el organismo suele confundir estas sílabas con las aspiradas. Esto implica que inconscientemente integramos la información sensorial táctil con los sonidos y la información visual (gestos, movimiento de labios, etc.) para descifrar lo que escuchamos.
La piel es capaz de percibir sonidos a través de las corrientes de aire...
Las industrias alimentarias también tienen en cuenta la influencia de los sonidos en nuestras acciones. Uno de sus mayores retos es elaborar los alimentos, por ejemplo los cereales, que permanecen crujientes el mayor tiempo posible, dado que el sonido del crujir estimula nuestro cerebro al asociarlo a alimentos ricos en glúcidos.
El plástico de las botellas de agua mineral es elegido para que al deformarse imite el ruido del hielo al resqurebajarse, al ser éste un indicador de agua pura. Ciertos recipientes poseen un indicador sonoro cuando se cierra para así proporcionar seguridad de que ha sido cerrado.
Las juntas de goma de las puertas de los vehículos son seleccionadas para ofrecer un sonido característico cuando éstan son cerrados, mostrando así la calidad del vehículo. El sonido de la relación de las más marchas es otro de los registros sonoros que son elaborados.
Estudios constatan que la música en establecimiento influye en los consumidores. Cuando la música era fuerte, la permanencia en el establecimiento era significativamente menor que cuando era suave. Los mayores volúmenes de venta están asociados con las cadencias musicales lentas. A su vez, el ritmo del flujo de los compradores dentro del supermercado era significativamente más lento con la música lenta que con la música rápida.
Un estudio sobre los efectos del volumen de la música en el consumo de bebidas en los bares ha constatado que la música muy alta lleva a beber más alcohol en menos tiempo. Este hecho se debe: a que el volumen alto de la música causa una mayor excitación en los sujetos, que les conduce a beber con más rapidez; y a que la música muy alta influye negativamente en la interacción social dentro el local, lo que promueve la ingesta en contraposición con la socialización.






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