Científicos en EE.UU. registraron en cámara lenta las maniobras extremas del picaflor para expulsar de sus plumas las gotas de lluvia en apenas una décima de segundo.
"Colibrí de Ana (Calypte anna)"
Grabaciones en cámara lenta revelaron por primera vez cómo los picaflores o colibríes sacuden el agua de sus cuerpos luego de la lluvia.
Estas aves mueven la cabeza con una aceleración que puede alcanzar una fuerza de 34G. Los corredores de Fórmula 1, por ejemplo, llegan a estar sometidos a una fuerza de 6G. (La fuerza G es una medida de aceleración, basada en la aceleración que produciría la gravedad terrestre en un objeto en ausencia de atmósfera u otra condición de rozamiento).
Las maniobras de los colibríes tardan apenas una décima de segundo y logran expulsar casi todas las gotas de agua de las plumas.
'Es una caso de movilidad extrema. La cabeza del picaflor puede hacer giros de 180 grados en menos de una décima de segundo, es algo simplemente extraordinario', dijo Robert Dudley, experto de la Universidad de California, Berkeley, y uno de los autores del estudio.
Lluvia artificial
Los investigadores se enfocaron en el llamado colibrí de Ana (Calypte anna), una especie que puede hallarse en la costa oeste de América del Norte, desde el norte de México al sur de Canadá. Mide cerca de 10 cms y no pesa más de cinco gramos.
Cuando las aves se acercaban a comederos en busca de semillas, un dispositivo las rociaba con agua y el comportamiento posterior era captado por una cámara.
'Simulamos tres tipos de lluvia con diferente intensidad y los colibríes mostraron oscilaciones extremas en cada caso', explicó el Dr. Víctor Ortega Jiménez, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de California, Berkeley.
Los científicos se mostraron sorprendidos ante la habilidad de los picaflores para ejecutar maniobras en pleno vuelo.
'Sabemos que la información visual es clave para controlar el vuelo, pero cuando se sacude la cabeza obviamente no se cuenta con ese recurso. Aún así las aves permanecieron estables, sin perder altura', señaló Robert Dudley.
Los investigadores creen que el movimiento de los colibríes podría ayudar a los ingenieros a desarrollar vehículos aéreos con mayor estabilidad en condiciones de mal tiempo y hasta máquinas de lavar ropa con programas de secado más eficientes.
El estudio fue publicado en la revista de la Academia de Ciencias británica, Royal Society Interface.
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