Varios científcos han descubierto moléculas que espontáneamente se ensamblan a si mismas en un modelo que es capaz de transformar luz en energía, es decir que son un pequeño panel solar que se crea por si mismo.
Los investigadores estaban dispuestos a crear un proceso artificial que imitara la fotosíntesis. Ciertas moléculas responden a la luz liberando electrones; el truco era descubrir una sustancia que las mantenga unidas en una estructura consistente. Los fosfolípidos se han encargado de eso y además se unido ellos mismos a nanotubos de carbón, los cuales conducen la electricidad. Mientras los tubos mantienen los fosfolípidos en alineación uniforme, las moléculas fotoreactivas están expuestas a la luz y producen energía que es recogida por el tubo.
La mejor parte es que
estos pequeños paneles se pueden dividir y juntar por medio de simples químicos. Luego de ensamblarlo y desmontarlo varias veces,
los científicos vieron que no perdía su eficacia. Y eso es grandioso, ya que en caso de perder eficacia con el tiempo, sería un problema para este tipo de sistema.
Todo tiene sentido: si quieres producir mejores paneles solares, debes centrarte en quienes mejor generan energía solar, y no nos referimos a nada de última tecnología
, sino algo tan viejo como el planeta mismo, las plantas.
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