El océano alberga una sopa de bacterias y virus. Los animales que viven en estos entornos están constantemente bajo el ataque de agentes patógenos y deben ser capaces de desarrollar una respuesta inmunitaria robusta para protegerse de las infecciones, especialmente si tienen alguna lesión o herida que esté directamente expuesta al agua.
Louis Burnett, profesor de biología y director del Laboratorio Marino Grice dependiente de la Universidad de Charleston, y Karen Burnett, profesora del mismo laboratorio, han estado estudiando los efectos de la disminución del oxígeno y el aumento del dióxido de carbono en los sistemas inmunitarios de los organismos.
Y lo que han descubierto es que los organismos marinos sometidos a esa perturbación en los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, tienen una capacidad de combatir las infecciones menor que la poseída por los animales marinos que viven en ambientes ricos en oxígeno y con bajos niveles de dióxido de carbono.
Los Burnett examinaron peces, ostras, cangrejos y camarones, y han demostrado que todos estos animales sufren una disminución en su capacidad para combatir las infecciones provocadas por las bacterias Vibrio cuando están sometidos a esos niveles alterados de oxígeno y dióxido de carbono. Basta una dosis de bacterias de aproximadamente la mitad de la normal para matar a una criatura que vive en estas condiciones adversas.
Louis Burnett, profesor de biología y director del Laboratorio Marino Grice dependiente de la Universidad de Charleston, y Karen Burnett, profesora del mismo laboratorio, han estado estudiando los efectos de la disminución del oxígeno y el aumento del dióxido de carbono en los sistemas inmunitarios de los organismos.
Y lo que han descubierto es que los organismos marinos sometidos a esa perturbación en los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, tienen una capacidad de combatir las infecciones menor que la poseída por los animales marinos que viven en ambientes ricos en oxígeno y con bajos niveles de dióxido de carbono.
Los Burnett examinaron peces, ostras, cangrejos y camarones, y han demostrado que todos estos animales sufren una disminución en su capacidad para combatir las infecciones provocadas por las bacterias Vibrio cuando están sometidos a esos niveles alterados de oxígeno y dióxido de carbono. Basta una dosis de bacterias de aproximadamente la mitad de la normal para matar a una criatura que vive en estas condiciones adversas.
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