"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


lunes, 23 de agosto de 2010

Profundizando en la Altísima Velocidad de Procesamiento cerebral de las moscas.

Las moscas ven con todo detalle movimientos tan rápidos que a los humanos nos resultan imposibles de seguir. El diminuto cerebro de estas acróbatas aeronáuticas procesa los movimientos visuales en sólo fracciones de segundo. Existe un modelo matemático que predice con bastante precisión cómo el cerebro de las moscas puede percibir con precisión movimientos tan veloces. Sin embargo, después de 50 años de investigación, sigue siendo un misterio cómo exactamente están interconectadas las neuronas en el cerebro de las moscas.
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Unos científicos del Instituto Max Planck de Neurobiología se han convertido en los primeros que establecen con éxito las condiciones técnicas necesarias para descodificar los mecanismos subyacentes en la visión del movimiento en las moscas.

Aunque la cantidad de neuronas en las moscas es comparativamente pequeña, están altamente especializadas y procesan el flujo de imágenes con gran precisión mientras la mosca vuela. Las moscas pueden por tanto procesar en tiempo real una vasta cantidad de información sobre los movimientos que perciben, algo fuera del alcance de los ordenadores actuales, sobre todo si su tamaño se limita al del cerebro de una mosca.

El área del cerebro de mosca que es responsable de la detección de movimiento es diminuta. Esa área, un sexto de milímetro cúbico de materia cerebral, contiene más de 100.000 neuronas, y cada una tiene múltiples conexiones con sus células vecinas.

Normalmente se mide la actividad eléctrica de las neuronas individuales con la ayuda de electrodos extremadamente finos. Sin embargo, en las moscas la mayoría de las neuronas son simplemente demasiado pequeñas como para ser medidas usando este método. Para superar esta dificultad, el equipo de Dierk Reiff del Instituto Max Planck de Neurobiología en Martinsried usó algunos de los métodos genéticos más modernos que están disponibles. Reiff y sus colaboradores consiguieron introducir la molécula indicadora TN-XXL dentro de neuronas individuales. Al alterarse sus propiedades fluorescentes, la TN-XXL indica la actividad de las neuronas.

Para examinar cómo el cerebro de las moscas de la fruta procesa el movimiento, los neurobiólogos mostraron a los insectos patrones de rayas en movimiento en una pantalla de diodos emisores de luz. Las neuronas en los cerebros de las moscas se activaron ante estos impulsos, provocando que cambiara la luminiscencia de las moléculas indicadoras.

Finalmente, después de más de 50 años de intentos, ahora es tecnológicamente factible examinar la estructura celular del detector de movimiento en el cerebro de las moscas.



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