Los científicos realizaron el estudio para ayudar a evaluar los efectos a largo plazo que tiene un nacimiento prematuro sobre el desarrollo del cerebro. Entre estos efectos se pueden incluir mayores riesgos de padecer trastornos del aprendizaje, déficits de atención, problemas de la conducta y deterioros cognitivos.
"La cantidad de nacimientos prematuros se ha elevado en años recientes, y ahora el 12 por ciento de todos los bebés en Estados Unidos nace de esta forma", explica la Dra. Terrie Inder, profesora de pediatría. "Hasta ahora, sin embargo, nuestra capacidad para estudiar cómo un nacimiento prematuro afecta al desarrollo del cerebro era muy limitada, porque teníamos muy poca información sobre cómo es el desarrollo normal del cerebro".
Entre las preguntas que Inder y sus colegas esperan responder figura la de hasta qué punto el cerebro se puede adaptar a los problemas en el desarrollo impuestos por un nacimiento prematuro. Los investigadores también están ayudando a desarrollar estrategias clínicas para estimular esas adaptaciones y normalizar el desarrollo.
El equipo de investigación, que incluye asimismo a Jason Hill y David Van Essen, descubrió que la corteza cerebral, el área arrugada sobre la superficie del cerebro que es responsable de las funciones mentales de alto nivel, crece de forma no uniforme. Cada región se expande a medida que el cerebro madura, pero de un cuarto a un tercio de la corteza se expande aproximadamente el doble de lo que lo hacen otras áreas corticales durante el desarrollo normal.
Al comparar humanos y monos macacos, es evidente que muchas de estas regiones cerebrales humanas de gran crecimiento son el resultado de cambios evolutivos recientes que volvieron el cerebro humano mucho más grande que el de los demás primates.
Estas regiones de gran crecimiento son áreas asociadas a funciones mentales avanzadas como el lenguaje, el razonamiento, y lo que Van Essen llama "las habilidades únicas que nos hacen humanos".
"La cantidad de nacimientos prematuros se ha elevado en años recientes, y ahora el 12 por ciento de todos los bebés en Estados Unidos nace de esta forma", explica la Dra. Terrie Inder, profesora de pediatría. "Hasta ahora, sin embargo, nuestra capacidad para estudiar cómo un nacimiento prematuro afecta al desarrollo del cerebro era muy limitada, porque teníamos muy poca información sobre cómo es el desarrollo normal del cerebro".
Entre las preguntas que Inder y sus colegas esperan responder figura la de hasta qué punto el cerebro se puede adaptar a los problemas en el desarrollo impuestos por un nacimiento prematuro. Los investigadores también están ayudando a desarrollar estrategias clínicas para estimular esas adaptaciones y normalizar el desarrollo.
El equipo de investigación, que incluye asimismo a Jason Hill y David Van Essen, descubrió que la corteza cerebral, el área arrugada sobre la superficie del cerebro que es responsable de las funciones mentales de alto nivel, crece de forma no uniforme. Cada región se expande a medida que el cerebro madura, pero de un cuarto a un tercio de la corteza se expande aproximadamente el doble de lo que lo hacen otras áreas corticales durante el desarrollo normal.
Al comparar humanos y monos macacos, es evidente que muchas de estas regiones cerebrales humanas de gran crecimiento son el resultado de cambios evolutivos recientes que volvieron el cerebro humano mucho más grande que el de los demás primates.
Estas regiones de gran crecimiento son áreas asociadas a funciones mentales avanzadas como el lenguaje, el razonamiento, y lo que Van Essen llama "las habilidades únicas que nos hacen humanos".
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