Científicos del Instituto Weizmann de Israel han fabricado un ordenador microscópico que, implantado en el interior de tejidos vivos, puede diagnosticar y administrar tratamientos médicos. El invento ayudará especialmente a combatir el cáncer y otras enfermedades del interior del cuerpo humano.
El ordenador microscópico es un compuesto de ADN sintético y de enzimas, de dimensión molecular, que ha mostrado su eficacia en un tubo de ensayo, no en un organismo vivo, donde será experimentado en una segunda fase que tardará décadas.
Según uno de sus artífices, Ehud Shapiro, el ordenador de ADN detectó las señales químicas precoces de ciertos tipos de cáncer, como los de próstata o pulmón, cuando se depositó en un tubo de ensayo que contenía agua pura.
El ordenador no ha demostrado sin embargo su validez en soluciones más complejas que el agua pura, como las que se encuentran en el cuerpo humano, por lo que su utilización en el tratamiento de enfermedades no será inmediata, tal como explica al respecto la revista Nature.
Millones en una gota de agua
Los ordenadores moleculares, en vez de utilizar chips de silicio, emplean la capacidad de tratamiento de información del ADN. En una gota de agua caben millones de estos ordenadores, programados ahora para detectar la presencia de células cancerosas y suministrar una respuesta molecular para destruirlas.
Estos ordenadores no son nuevos. Su concepción se remonta a 1994, cuando Leonard Adleman utilizó fragmentos de ADN para resolver informáticamente un problema complejo de teoría gráfica. Fue la primera vez que se realizó una operación mecánica de cálculo a través de un ordenador no electrónico.
El ordenador de ADN, cuyo concepción explicaron Shapiro y otros el año pasado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America PNAS, es capaz de considerar simultáneamente múltiples soluciones a un mismo problema complejo.
Presenta muchas similitudes con los ordenadores electrónicos, ya que tratan los datos y los manipulan prácticamente de la misma forma, pero se diferencian sustancialmente en su tamaño y en que no usan el código binario, sino otro de base 4 (A,T,C,G ) en vez de 0 y 1.
ADN mutante
Aunque los ordenadores de ADN pueden proponer simultáneamente muchas soluciones a un problema complejo, son también muy ligeros, apenas consumen energía y son muy rápidos, sin embargo no son capaces de resolver problemas combinatorios (no se pueden usar para jugar o escribir) y son muy lentos en la solución de problemas simples.
Su principal fragilidad radica en la capacidad de mutación del ADN, que puede escapar al control de sus creadores y provocar disfunciones en el desarrollo de los programas informáticos que le rigen.
El ordenador microscópico es un compuesto de ADN sintético y de enzimas, de dimensión molecular, que ha mostrado su eficacia en un tubo de ensayo, no en un organismo vivo, donde será experimentado en una segunda fase que tardará décadas.
Según uno de sus artífices, Ehud Shapiro, el ordenador de ADN detectó las señales químicas precoces de ciertos tipos de cáncer, como los de próstata o pulmón, cuando se depositó en un tubo de ensayo que contenía agua pura.
El ordenador no ha demostrado sin embargo su validez en soluciones más complejas que el agua pura, como las que se encuentran en el cuerpo humano, por lo que su utilización en el tratamiento de enfermedades no será inmediata, tal como explica al respecto la revista Nature.
Millones en una gota de agua
Los ordenadores moleculares, en vez de utilizar chips de silicio, emplean la capacidad de tratamiento de información del ADN. En una gota de agua caben millones de estos ordenadores, programados ahora para detectar la presencia de células cancerosas y suministrar una respuesta molecular para destruirlas.
Estos ordenadores no son nuevos. Su concepción se remonta a 1994, cuando Leonard Adleman utilizó fragmentos de ADN para resolver informáticamente un problema complejo de teoría gráfica. Fue la primera vez que se realizó una operación mecánica de cálculo a través de un ordenador no electrónico.
El ordenador de ADN, cuyo concepción explicaron Shapiro y otros el año pasado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America PNAS, es capaz de considerar simultáneamente múltiples soluciones a un mismo problema complejo.
Presenta muchas similitudes con los ordenadores electrónicos, ya que tratan los datos y los manipulan prácticamente de la misma forma, pero se diferencian sustancialmente en su tamaño y en que no usan el código binario, sino otro de base 4 (A,T,C,G ) en vez de 0 y 1.
ADN mutante
Aunque los ordenadores de ADN pueden proponer simultáneamente muchas soluciones a un problema complejo, son también muy ligeros, apenas consumen energía y son muy rápidos, sin embargo no son capaces de resolver problemas combinatorios (no se pueden usar para jugar o escribir) y son muy lentos en la solución de problemas simples.
Su principal fragilidad radica en la capacidad de mutación del ADN, que puede escapar al control de sus creadores y provocar disfunciones en el desarrollo de los programas informáticos que le rigen.
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