"El hombre encuentra a Dios detrás de cada puerta que la ciencia logra abrir." EINSTEIN


miércoles, 9 de marzo de 2011

El origen de las mascotas


El arqueólogo Richard Thomas, de la Universidad de Leicester, Reino Unido, ha descubierto un hueso perteneciente a una tortuga de las postrimerías del siglo XIX, en el Castillo de Stafford, en la localidad de Staffordshire, que según se cree puede ser una de las evidencias arqueológicas más antiguas de una tortuga viviendo como mascota de familia en Gran Bretaña.

La trascendencia del hallazgo está en la perspectiva que aporta sobre los inicios de la importación de tortugas en el país y la actitud cambiante de la sociedad británica hacia las mascotas familiares.
El hueso de tortuga del Castillo de Stafford fue encontrado entre esqueletos de gatos y perros, en un contexto que sugiere que fue mantenida como mascota, posiblemente por la familia que cuidaba del castillo en esa época. La antigüedad del hueso coincide con la época (finales del siglo XIX) en que se produjo un auge significativo en el comercio de animales vivos, y con la importación extendida de tortugas en particular.
Aunque hay evidencias arqueológicas parecidas sobre tortugas en el siglo XVII, ésta es la más antigua evidencia arqueológica sobre la tortuga de tierra en Gran Bretaña. Parece muy probable que este espécimen fuera importado de África del Norte o de otro punto de la región mediterránea, dado que a fines del siglo XIX se produjo un espectacular aumento en el comercio de tortugas provenientes de esa zona para satisfacer la demanda creciente de mascotas de esta clase.
La moralidad de mantener mascotas, en especial ciertos animales, fue considerada muy sospechosa en las estrictas doctrinas religiosas de las sociedades medievales e incluso en épocas posteriores, y aunque había una ávida fascinación por las criaturas exóticas en aquel entonces, parece claro que las tortugas no fueron consideradas apropiadas como mascotas.
En el Reino Unido y otros países, las actitudes hacia las mascotas comenzaron a cambiar en el siglo XVII.
Durante los siglos XVIII y XIX emergió gradualmente una actitud más "moderna" hacia los animales de compañía. El escultor Joseph Gott creó estatuas sentimentales de perros durante el siglo XIX, y en 1824 se fundó la Sociedad (después Sociedad Real) para la Prevención de la Crueldad hacia los Animales.
También se tiene constancia de tumbas de mascotas en ese período, lo que atestigua un tratamiento a los animales muertos muy diferente del reflejado en los hallazgos de huesos de mascotas más antiguas, para las cuales la tónica común era simplemente arrojarlas a la basura cuando fallecían.









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