La presidenta argentina, Cristina Kirchner, comparó este sábado la crisis económica en Europa con el derrumbe que vivió su país en 2001 y reivindicó la integración regional, al pronunciar ante el Congreso el discurso inaugural de su segundo mandato, que terminará en 2015.
"Esta situación en Europa es un espejo de la Argentina de 2001", cuando el país cayó en la peor crisis económica de su historia, dijo la mandataria tras prestar el juramento de rigor vestida de luto riguroso, a más de un año de la muerte de su marido y antecesor, Néstor Kirchner (2003-2007).
La presidenta señaló que lo que Argentina vivió "como un drama, el 'default' que nos arrojó del mundo como los peores del grado (del curso escolar), hoy lo enfrentan otros países", en alusión a la situación de varias naciones europeas.
El gobierno de su marido y luego el suyo aplicaron una política de desendeudamiento y fomento del mercado interno para sacar a Argentina del 'default' declarado en 2001, por unos 100.000 millones de dólares, el más grande de la historia.
En cambio, consideró que la salida de la crisis de Argentina y su crecimiento a un ritmo promedio de 8% desde 2003, salvo en 2009 por la crisis, no hubiera sido posible sin la integración y la cooperación regional.
"Nada de esto hubiera sido posible si no hubiésemos virado la economía y la mirada: la volvimos a casa, al continente, a la América del Sur, porque sabemos que en la integración regional está una de las mejores defensas contra un mundo difícil", dijo en uno de los pasajes más aplaudidos de su discurso de poco más de una hora.
En la ceremonia del Congreso, junto a los legisladores y seguidores, la escuchaban entre otros la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff; de Uruguay, José Mujica; de Chile, Sebastián Piñera; de Paraguay, Fernando Lugo, y de Bolivia, Evo Morales.
Al referirse a la política de derechos humanos, uno de los pilares de su gestión, pidió a la justicia que al finalizar su mandato en 2015 hayan concluido los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos en la dictadura (1976-83) y que "hayamos dado vuelta definitivamente una página tan trágica de nuestra historia".
Una decena de juicios contra militares y policías se llevan a cabo en Argentina por violaciones a los derechos humanos en el régimen de facto, mientras 262 personas han sido condenadas desde 1983 con la reinstalación de la democracia, la gran mayoría en 2010 y 2011.
El discurso de la mandataria fue interrumpido en varias ocasiones por los cánticos de sus seguidores ubicados en los palcos, mientras miles de jóvenes seguían en la calle la ceremonia a través de una pantalla gigante ubicada frente a la sede del Congreso.
La presidenta finalizó su juramento de práctica con la fórmula que "Que Dios, la Patria y él (como se refiere a Néstor Kirchner) me lo demanden", si incumple con el mandato.
Durante su discurso la jefa de Estado recordó en varias ocasiones a su esposo fallecido en 2010 y al finalizar su intervención, los legisladores, ministros y partidarios cantaron la 'marcha peronista', el himno del partido gobernante.
Cristina Kirchner, una abogada de fogoso discurso que concentra los hilos del poder, recibió la banda presidencial de manos de su hija Florencia (21 años) y ante su hijo mayor Máximo (34), en medio de la algarabía de los legisladores y partidarios ubicados en los palcos del Congreso.
"Cristina, Cristina, corazón, acá están los pibes para la liberación", gritaban los miles de jóvenes concentrados ante el Parlamento, que luego vitorearon a la presidenta cuando se dirigió a bordo de un automóvil hasta la Casa Rosada, frente a la histórica Plaza de Mayo, donde se habían concentrado numerosos grupos juveniles para asistir a un festival artístico.
En el trayecto hacia la Casa de Gobierno, para tomar juramento a sus ministros y recibir a las delegaciones extranjeras, Cristina Kirchner se bajó varias veces del vehículo para saludar a sus partidarios ubicados detrás de un extenso vallado que cubría los casi dos km que separan a la sede del ejecutivo de la del legislativo.
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