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as malas noticias no acaban ahí. Los investigadores predicen que el número de árboles se podría reducir en un 90 % en los próximos cincuenta años. Los posibles culpables de esta drástica disminución son los incendios, el pastoreo y los ataques de insectos. Los miembros del equipo del estudio advierten que, si no se toman medidas para controlar estos tres problemas, la producción de incienso se verá gravemente afectada. Los investigadores basan su teoría en un estudio de campo a gran escala, el primero en su género, dedicado a controlar la suerte que corren los árboles del género Boswellia, de los que se extrae el incienso.
El incienso se obtiene de diferentes especies de Boswellia, un árbol que crece en el Cuerno de África y la Península Arábiga. A pesar de que este incienso se comercializa en todo el mundo, y lleva haciéndolo mucho tiempo, existe poca información sobre las repercusiones que la extracción de la gomorresina tiene para estos árboles.
Coordinados por el Dr. Frans Bongers de la Universidad de Wageningen (Países Bajos), los investigadores evaluaron trece parcelas (cada una de dos hectáreas de superficie) en la parte noroeste de Etiopía. Los científicos valoraron árboles de los que se extraía incienso y árboles que no se explotaban.
Durante 24 meses, los integrantes del equipo observaron la supervivencia, el crecimiento y la producción de semillas de más de 6 000 ejemplares de árboles del género Boswellia, y recopilaron más de 20 000 mediciones individuales. A continuación, utilizaron estos datos para construir modelos demográficos que pudieran predecir la suerte que iban a correr las poblaciones de Boswellia en los próximos años.
Las perspectivas no son nada halagüeñas. Los resultados del estudio apuntan a una reducción significativa de la población de Boswellia que causará estragos en la producción de incienso en los próximos quince años.
«La gestión actual de las poblaciones de Boswellia es claramente insostenible», subraya el Dr. Bongers. «Nuestros modelos muestran que en cincuenta años las poblaciones de Boswellia estarán diezmadas, y este descenso de la población significará que la producción de incienso está condenada. Este es un mensaje bastante alarmante para la industria del incienso y las organizaciones conservacionistas», añade.
Uno de los hallazgos más importantes de este estudio radica en que la extracción de gomorresinas no es el único problema, sino sólo uno de los numerosos quebraderos de cabeza, porque los datos hacen pensar que otros factores también contribuyen al problema.
«Es poco probable que la extracción de incienso sea la principal causa de la disminución de la población, que es probable que se deba también a la quema, el pastoreo y los ataques del escarabajo de cuernos largos, que pone sus huevos bajo la corteza del árbol», puntualiza el Dr. Bongers.
Tras analizar las trece parcelas del estudio, los investigadores descubrieron que las altas tasas de mortalidad de los árboles adultos, así como de los árboles más viejos, no eran reemplazadas, pues la tasa de supervivencia de las plántulas de Boswellia se ha reducido y se está convirtiendo en un problema para la sostenibilidad de las poblaciones de Boswellia.
«El elevado número de incendios y la intensidad del pastoreo en nuestra zona de estudio han aumentado en las últimas décadas como consecuencia del gran incremento en el número de cabezas de ganado, y ésta podría ser la razón por la cual las plántulas no llegan a convertirse en plantones », aclara el Dr. Bongers. «Al mismo tiempo, una gran proporción de los árboles que hemos estudiado ha muerto tras ser atacada por el escarabajo de cuernos largos. Si queremos preservar las poblaciones de Boswellia, y la futura producción de incienso, será necesario introducir incentivos de gestión importantes y de largo alcance», concluyó.
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