Tom Shanks, de University of Durham (RU), así lo cree. Según él la culpa la tendría el haber escogido al plantea Júpiter como objeto para calibrar los instrumentos.
El fondo cósmico de radiación es la radiación procedente del Universo tal y como era 400.000 años después del Big Bang, cuando se hizo transparente a la misma, pero cuyas longitudes de onda han sido alargadas debido a la expansión cosmológica. Este fondo es muy uniforme, y encaja a la perfección en el espectro de un cuerpo negro a una temperatura de unos pocos grados Kelvin. Pero para poder extraer información relevante los astrofísicos deben estudiar las pequeñas diferencias de temperatura que hay entre los distintos puntos del cielo. El estudio de estas "arrugas" permite extraer conclusiones cosmológicas relevantes. Permite, por ejemplo, rechazar o aceptar determinadas teorías o hipótesis cosmológicas.
Shanks ha estado vigilando las discrepancias entre las medidas de WMAP y las medidas de rayos X procedentes de los cúmulos estelares, aunque al principio asumiera que ambos tipos de datos estaban bien corregidos.
Para calibrar los datos de WMAP los científicos usan el planeta Jupiter, asumiendo que es una fuente estable de microondas. Estas medidas permiten a los científicos "corregir" los datos sobre las "arrugas" del FCM "emborronadas" por los instrumentos.
Shanks y Utane Sawangwit han recalibrado los datos usando radiogalaxias observadas por el WMAP en lugar de usar al plantea Júpiter. El resultado es un espectro compatible con algunas de las teorías que habían sido descartadas previamente por el equipo de WMAP. Así por ejemplo, los datos son compatibles con la existencia de cuerdas cósmicas, que son defectos unidimensionales del espacio-tiempo creadas en el Big Bang y que podrían ser las responsables de la agregación de materia para formar galaxias, algo atribuido hasta ahora a la materia oscura en el modelo estándar cosmológico.
Shanks dice, sin embargo, que no está claro por qué Júpiter es una fuente de calibración poco fiable y que éste es un problema que todavía está por explicar.
El fondo cósmico de radiación es la radiación procedente del Universo tal y como era 400.000 años después del Big Bang, cuando se hizo transparente a la misma, pero cuyas longitudes de onda han sido alargadas debido a la expansión cosmológica. Este fondo es muy uniforme, y encaja a la perfección en el espectro de un cuerpo negro a una temperatura de unos pocos grados Kelvin. Pero para poder extraer información relevante los astrofísicos deben estudiar las pequeñas diferencias de temperatura que hay entre los distintos puntos del cielo. El estudio de estas "arrugas" permite extraer conclusiones cosmológicas relevantes. Permite, por ejemplo, rechazar o aceptar determinadas teorías o hipótesis cosmológicas.
Shanks ha estado vigilando las discrepancias entre las medidas de WMAP y las medidas de rayos X procedentes de los cúmulos estelares, aunque al principio asumiera que ambos tipos de datos estaban bien corregidos.
Para calibrar los datos de WMAP los científicos usan el planeta Jupiter, asumiendo que es una fuente estable de microondas. Estas medidas permiten a los científicos "corregir" los datos sobre las "arrugas" del FCM "emborronadas" por los instrumentos.
Shanks y Utane Sawangwit han recalibrado los datos usando radiogalaxias observadas por el WMAP en lugar de usar al plantea Júpiter. El resultado es un espectro compatible con algunas de las teorías que habían sido descartadas previamente por el equipo de WMAP. Así por ejemplo, los datos son compatibles con la existencia de cuerdas cósmicas, que son defectos unidimensionales del espacio-tiempo creadas en el Big Bang y que podrían ser las responsables de la agregación de materia para formar galaxias, algo atribuido hasta ahora a la materia oscura en el modelo estándar cosmológico.
Shanks dice, sin embargo, que no está claro por qué Júpiter es una fuente de calibración poco fiable y que éste es un problema que todavía está por explicar.
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