Mientras el mundo se hace cada día más pequeño, demandando 85 millones de barriles diarios de petróleo, en América algo está comiéndose las entrañas del continente, amenazando con desestabilizar el futuro del planeta.
Hace casi cincuenta años, John F. Kennedy selló un acuerdo que en su momento lucía poco significativo para EEUU.
Tras el conflicto de los misiles rusos en Cuba, Kennedy accedió a retirar los obsoletos misiles norteamericanos de Turquía y a no tocar militarmente a la isla dominada por Fidel Castro, y tampoco apoyar ninguna iniciativa que otra nación tuviera para derribar al régimen comunista por él implementado.
Cuba en ese entonces, ya no tenía mayor interés para los norteamericanos, siempre y cuando Rusia respetara el acuerdo y se abstuviera de instalar misiles o cualquier otro tipo de tecnología bélica en Cuba.
Este dato histórico, como un Efecto Mariposa, cobra una relevancia asombrosa en estos días, casi medio siglo después. Esto es indicativo de la importancia que tiene el hecho de que los líderes tengan visión histórica y proyección a largo plazo.
Los asuntos de gobierno no pueden concebirse dentro de una atmósfera inmediatista, centrada en las coyunturas momentáneas y contextos cerrados de la época.
Las políticas de Estado se tienen que concebir comprendiendo su impacto en el corto, mediano y largo plazos, y no solamente en un ámbito nacional, es vital entenderlas e implementarlas tomando en cuenta a todo el planeta.
Un líder mundial no puede darse el lujo de subestimar a nadie, por más salvaje que pueda parecer el personaje. Tampoco, si puede hacer algo al respecto, puede pretender dejarlo en el poder, creyendo que puede controlarlo como si se tratara de un títere de trapo, porque tarde o temprano “la criada sale contestona” y el juego da un giro inesperado que cambia todas las variables.
El acuerdo de Kennedy, que hizo posible la sobrevivencia política de Fidel Castro, hoy atenta casi tanto como un misil nuclear, y en la práctica quizás más, los intereses no solamente de los Estados Unidos sino de toda la civilización occidental.
Como se sabe, en América están sucediendo acontecimientos dignos de atención.
Los precios del petróleo en cifras récord han sido la poción que ha transformado al Dr. Jekill en Mr. Hyde. Y Mr. Hyde ha decidido darse una vuelta por América alimentando con la misma poción mágica a un puñado de personajes que hoy controlan las riendas del destino de sus naciones, no siendo cualquiera, sino países que por su situación geográfica, y por los recursos naturales que manejan, están en la capacidad de provocarle un infarto al corazón del mundo.
La poción mágica obró un milagro que parecía imposible: la resurrección de Fidel Castro.
Levantándose de sus cenizas, como un fénix del infierno, Castro hace un nuevo pacto con el diablo, esta vez inspirándose en Oscar Wilde.
Accede Castro a fungir de retrato, permitiendo que Dorian Gray sea el pupilo que se autoproclama bolivariano, aquel que facilitó la poción mágica gracias al excremento que el mismo diablo colocó en inmensas cantidades en el subsuelo de Venezuela.
Transformado Hyde en Dorian Gray, la suerte parece sonreírle. Jóven, enérgico, con un discurso populista vibrante, el mundo civilizado optó por abrirle sus puertas.
Simpático y vestido con los mejores trajes y joyas, Dorian Gray no duda en encantar a las serpientes, avanzando en un proyecto ambicioso que es subestimado por quienes lo perciben como una curiosa atracción inofensiva del Tercer Mundo.
Regularmente, Dorian Gray viaja a Cuba a encontrarse con su retrato, que magistralmente tiene vida y diseña planes. Allí se marcan las estrategias y se definen los rumbos, luego Dorian Gray se encarga de implementarlos.
En Venezuela la sociedad avanza hacia la concreción de un modelo totalitarista que pretende tener ramificaciones continentales. Las inversiones petroleras transnacionales se han intervenido y unilateralmente se han modificado las condiciones y términos de los contratos.
Se pretende ahora hacer lo mismo en Bolivia, truncando lo que pudo haber sido un futuro energético brillante para ese país y las zonas que el mismo abastecería.
La nacionalización que implementa Evo Morales es la lectura del guión escrito previamente en Cuba. Se golpean los intereses económicos de varias empresas transnacionales enviando con esto un claro mensaje a las naciones de las que provienen. O facilitan el avance revolucionario o pierden sus inversiones mil millonarias en territorios clave para el aseguramiento de la energía que necesitan para poder existir. Dorian Gray ya penetró Argentina, Brasil, Bolivia, Uruguay, Nicaragua, parte de Ecuador y Perú e insiste en dominar el Caribe y los sectores subversivos de Colombia. Quiere Dorian Gray arrinconar a Colombia y sabotear el crecimiento económico de la región que facilitarían los acuerdos bilaterales con EEUU. Con esto, Dorian Gray afecta un mercado de 300 millones de personas y pone en jaque la fluidez de los recursos energéticos.
Logrando semejante plataforma política, Dorian Gray se transforma en un personaje mundial, que pretende hacer acuerdos con Irán y hasta asomar la posibilidad de servirle, al país fundamentalista, de base militar en América. Sus declaraciones explosivas, hoy son pasto fértil para especular en el mercado de futuros, manipulando en varios dólares el precio del petróleo.
Mientras tanto, EEUU tiene toda su atención centrada en Irak. Sigue subestimando el poder del buen salvaje, vestido esta vez, de Dorian Gray. Cree que puede controlarlo, que Dorian Gray no es más que un dandy bebiendo de las mieles de un poder transitorio.
Pero EEUU se olvida del retrato, del verdadero rostro de Dorian Gray.
En 1962, Kennedy subestimó al diablo. Ahora, más sabio que nunca, viejo y decrépito, Fidel se rejuvenece, esta vez sin misiles rusos, no le hacen falta. Ahora posee 270 mil millones de barriles de petróleo para hacer la revolución continental.
El mundo está encantado con Dorian Gray, pero se olvida de su horrendo retrato. Un grave error de visión.
"El retrato de Dorian Grey" Oscar Wilde
Argumento: Dorian Gray es un hombre que busca la inmortalidad y para encontrarla, para no envejecer jamás y no perder esa belleza de la que tanto alardea tiene que matar. En una reflexión bastante profunda acerca del bien y del mal Oscar Wilde nos enseña lo que puede ocurrir si llegamos a aspirar a ser Dios. Hay un retrato, un cuadro que refleja el rostro de Dorian Gray que sufre cambios por momentos y es que su rostro envejece lo que el puesto joven no envejece nunca y ese rostro además sufre los cambios adecuados por los crímenes de Dorian Gray para mantener la eterna juventud.
Significado: El ritmo de acción de la novela es circular y cíclico, centrandose en la conducta de Dorian y en la relación con los cambios del retrato, reflejo de su alma. La trascendencia de aquel primer deseo vanidoso de un antiguo Dorian totalmente puro.
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