Tal vez suceda lo mismo con otros tipos de alimentos. La idea podría llevar a tratar algunos tipos de obesidad cambiando la composición de billones de bacterias que permanecen en los intestinos y en el estómago, dijo Sunil Kochhar, uno de los autores del estudio. Fue publicado ayer en la revista Journal of Proteome Research.
Kochhar está a cargo de investigaciones sobre metabolismo en el Centro de Investigaciones Nestlé de Lausanne, Suiza.
El conglomerado de alimentos Nestlé SA pagó el estudio.
El estudio debió ser demorado porque les llevó un año a los investigadores encontrar 11 hombres que no comieran chocolate.
Kochhar comparó la sangre y la orina de esos 11 hombres, con otros 11 que comían todos los días chocolate. Todos eran saludables, ninguno era obeso, y comieron los mismos alimentos durante cinco días.
Los investigadores examinaron su metabolismo a través de la sangre y la orina y encontraron que una docena de sustancias eran muy diferentes entre ambos grupos. Por ejemplo, la glicerina aminoácida era más elevada entre quienes ingerían chocolate, mientras que la taurina --un ingrediente activo de las bebidas energizantes-- era más alta entre las personas que no habían comido chocolate.
Los amantes del chocolate tenían también un nivel más reducido de colesterol malo, conocido también como LDL.
Los niveles de varias sustancias específicas que eran diferentes en los dos grupos estarían relacionados con los diferentes tipos de bacteria, dijo Kochhar.
Aún falta determinar si la bacteria causa el antojo.
Kochhar está a cargo de investigaciones sobre metabolismo en el Centro de Investigaciones Nestlé de Lausanne, Suiza.
El conglomerado de alimentos Nestlé SA pagó el estudio.
El estudio debió ser demorado porque les llevó un año a los investigadores encontrar 11 hombres que no comieran chocolate.
Kochhar comparó la sangre y la orina de esos 11 hombres, con otros 11 que comían todos los días chocolate. Todos eran saludables, ninguno era obeso, y comieron los mismos alimentos durante cinco días.
Los investigadores examinaron su metabolismo a través de la sangre y la orina y encontraron que una docena de sustancias eran muy diferentes entre ambos grupos. Por ejemplo, la glicerina aminoácida era más elevada entre quienes ingerían chocolate, mientras que la taurina --un ingrediente activo de las bebidas energizantes-- era más alta entre las personas que no habían comido chocolate.
Los amantes del chocolate tenían también un nivel más reducido de colesterol malo, conocido también como LDL.
Los niveles de varias sustancias específicas que eran diferentes en los dos grupos estarían relacionados con los diferentes tipos de bacteria, dijo Kochhar.
Aún falta determinar si la bacteria causa el antojo.
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