Un grupo de biólogos de la Universidad de París 13 dividió un grupo de hormigas, todas en ellas en edad de buscar comida para las larvas, en dos grupos: la mitad de los insectos fue introducida en una zona donde había presas y la otra, en un área sin ningún tipo de alimento potencial.
Un mes más tarde, "la primera mitad del grupo se había especializado en la búsqueda de alimentos". En cambio, la segunda se había "orientado hacia la cría de las más jóvenes en el interior del nido", según los científicos.
"La historia individual juega (pues) un papel en la organización de las sociedades de insectos. La experiencia vivida aparece como una variable fundamental del desarrollo del comportamiento", agregaron.
Originarias de Japón y de Taiwán, las hormigas Cerapachys biroi fueron elegidas para este experimento porque se reproducen sin fecundación, por lo que sus individuos son todos clones.
Un mes más tarde, "la primera mitad del grupo se había especializado en la búsqueda de alimentos". En cambio, la segunda se había "orientado hacia la cría de las más jóvenes en el interior del nido", según los científicos.
"La historia individual juega (pues) un papel en la organización de las sociedades de insectos. La experiencia vivida aparece como una variable fundamental del desarrollo del comportamiento", agregaron.
Originarias de Japón y de Taiwán, las hormigas Cerapachys biroi fueron elegidas para este experimento porque se reproducen sin fecundación, por lo que sus individuos son todos clones.
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